Me viste y te miré viéndome, entonces ahí, en ese momento, te vi.
Me gustó como me veías, era enorme en tus ojos, casi inalcanzable creías, eso porque no advertiste que te estaba viendo. Me viste, sí, a mí, pero no que te vi.
Viéndome eras hermoso, estabas encantado con lo que veías en mí. Y yo ya no podía dejar de admirarte.
Te vi viéndome.
Todavía te sigo viendo y descubrí cosas nuevas. Hace tiempo que vos dejaste de verme. No quisiste ver más, creo que te tapaste los ojos, no lo sé.
Ya ni siquiera te veo mirarme, quizás si me mirás viéndote puedas verme otra vez…
No hay comentarios:
Publicar un comentario