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jueves, 25 de noviembre de 2010



Me gustan los secretos
esos que cuestan contar.
Los de muy adentro, los que casi desconocemos
no los que cuestan por otros, los que cuestan por uno.
Cuando logramos contarlos, terminamos sonriendo
y nos quedamos quietos, en silencio,
mirando sorprendidos lo que el otro casi ni advierte.

Lo conté, lo conté.
Me acepté.

Ése Señores, es el principio de la felicidad.-





Lo efímero


Imposible aferrarse a lo efímero para construir/generar.
Recuerdos efímeros, aparecen en un instante, incapaces de movilizar
No dejar ir los impulsos, volar con las fantasías. Es una adicción querer escaparse de la realidad para chocarse, estrolarse con una realidad mas cruel. Al final, no la podemos eludir. Es solo un momento de fuerza, agrande, necedad. Pelotudez diría yo.
Ahora que el momento se terminó, habiendo querido retenerlo sin éxito, el bajón, el enojo, la tristeza, la desnudez.  El cielo gris.
También ese momento pasa, el sol sale y después de estar con uno mismo se ven colores. Los colores hacen olvidar el gris y todo vuelve a empezar. Maldito circulo que nos atrapa y nosotros hacemos parte de lo cotidiano.
El círculo arranca gigante, damos vueltas ahí adentro, y comienza reducirse, creo que desaparece o se transforma. Todo va mutando en apariencia pero en lo más hondo es igual. Para entender algo hay que sumergirse.
Creo
Creo, creo y quiero creer que lo hice. Soltar los impulsos es mi desafío.
La superficie no me sienta bien.-
Es mi día de enojo. Es mi día donde no me quiero. O sí, no sé. No es pesimismo, es el enojo por no haber dejado ir el impulso, por irme de viaje con mis ideas y no querer aceptar.
Insistir significa no poder aceptar que pueden decirnos qué no? Es la imposibilidad de resignar o simplemente es reducirnos a lo más chiquitito?

jueves, 11 de noviembre de 2010

Tu escepticismo llego hasta mí, tanto, que ya no creo ni en vos



¿Escéptico o cínico?
Investigás, estudiás por que dudás. No emitís juicios sino opiniones. Al no creer en nada, no existen los conflictos, ni siquiera te sentís obligado a defender tus opiniones porque para vos no existen verdades objetivas. Éste conocimiento movilizado por la duda y ésta no-confrontación, te conducen en teoría a la paz del alma.

Buscás alcanzar la felicidad mediante la sabiduría, la liberación del espíritu y el logro de la virtud. Te desprendés de todo lo que querés para no sentir apego y sos ajeno, o intentás serlo, a los placeres para no ser esclavo de ellos. Pero por sobre todas las cosas crticás a la estupidez humana creyendo estar fuera de ella.
¿Cínico o escéptico?